Necesidades de Frío en Frutales: Nuevo Método Dinámico

INTRODUCCIÓN

El reposo o dormancia, es la suspensión temporal visible del crecimiento de cualquier estructura de la planta que contenga un meristemo. A nivel de semillas, se utiliza el término latencia. 

El reposo forma parte del ciclo anual de los frutales de hoja caduca y es inducido por las bajas temperaturas del otoño, junto al acortamiento del día. 

La duración del reposo es dependiente, entre otros factores, de la especie y variedad. Dentro de un individuo, éste varía en función del tipo de yema, su ubicación en la planta y edad.  

Para las principales zonas de cultivo de frutales, el recuento de horas de frío debería iniciarse cuando la planta muestre una caída de hojas significativa (sobre el 50%). Como este parámetro es difícil de cuantificar, el cómputo se inicia después de la primera helada. Posteriormente, para salir del reposo e iniciar la actividad, la planta requiere acumular una cantidad de “Horas Grado Días (GDH)” (en general, a partir de 10 ºC).  

RECESO INVERNAL FACTORES INVOLUCRADOS 

› Caída de 50% de hojas para inicio de recuento de frío.

› Otoño cálido retrasa entrada en receso.

› Diferentes necesidades de acuerdo al tipo de yema.

› El receso se supera con exposición a frío.

› Frío más efectivo entre 3 y 8 °C.

› Unidad de frío se define como exposición a una hora a temperatura umbral.

› Requerimiento de frío según especie y cultivar.

› Poco frío acumulado consume más reservas.

› La Lluvia baja la temperatura de yemas y lixivia inhibidores.

› Una vez que se supera el receso, la yema entra en ecodormancia y crece solo  con el aumento de temperatura en primavera. 

En general, el tratamiento para la ruptura del reposo de variedades exigentes en frío hay que hacerlo 6-7 semanas antes de la floración, cuando más del 60% de las necesidades de frío de la variedad están cubiertas. En muchas variedades de cerezo el tratamiento se realiza antes de la segunda quincena de enero.

 

CALCULO DE ACUMULACIÓN DE FRÍO 

Existen diferentes modelos que intentan predecir la ruptura del reposo; en la actualidad esos modelos contemplan rangos de temperatura con diferente eficiencia en la acumulación de frío. 

Para salir del reposo, la planta requiere acumular frío. Para el cálculo de este requerimiento se emplean diversas fórmulas, de las cuales las más utilizadas son: 

I.-  Modelo Weinberger: el término “horas de frío” (HF) se refiere a las horas transcurridas a temperaturas inferiores a 7,2 °C. Cada hora acumulada bajo dicho umbral equivale a una Unidad de Frío. 

II.- Modelo Richardson et al. (1974) (Utah original), desarrollado para melocotonero, que considera un rango diferencial de acumulación de frío.  Cada hora acumulada bajo dicho umbral equivale a una Unidad de Frío.  Mínimo o nulo aporte con temperatura fuera del óptimo. Exposición a alta temperatura resta frío al acumulado (>16 °C). 

III.- Linvill, 1990. Utah o Richardson modificado. Curva de ajuste al aporte de cada decima de grado en el método propuesto por Richardson et al. Aumenta la  certeza del modelo original.

IV.- Linsley-Noakes et al., 1994. Utah o Richardson positivo. En una segunda modificación a Richardson, se anuló el efecto negativo de altas temperaturas. Aumenta su efectividad en zonas de inviernos cálidos. 

V.- Fishman et al., 1987. Modelo Dinámico. El modelo de Utah no se adapta a zonas con inviernos benignos, por lo que se ha desarrollado un modelo alternativo más efectivo: el Modelo Dinámico.

Se basa en la diferente efectividad del ciclo de temperaturas bajas y altas. En un proceso de dos etapas, la exposición al frío es fijada o no por la yema de acuerdo a temperaturas posteriores. Si es fijado, éste se cuantifica como Porción de frío.

El Modelo Dinámico, que considera que el frío se acumula en forma irreversible, como quantum o Porciones de Frío (PF), demuestra que el frío invernal acumulado en las regiones templadas es el doble que en las regiones subtropicales, y que las diferencias se expresan desde los inicios del otoño, haciéndolo así particularmente aplicable para zonas subtropicales.

Teniendo en cuenta el cambio climático y los inviernos cada vez más cálidos que se presentan en parte de nuestras zonas de trabajo (Andalucía) este es el nuevo Modelo que hemos incorporado en la IG4 Agronomía.

 

Referencias: 

José Luis Espada Carbó - Centro de Transferencia Agroalimentaria. Dón Gral. de Desarrollo Rural. Gobierno de Aragón.

Álvaro Sepúlveda. Laboratorio de Ecofisiología Frutal. Universidad de Talca - Chile